domingo, 19 de mayo de 2013

Bloque 3: la hora del cuento


En este bloque, vimos algunas estrategias de transmisión de la literatura que se pueden utilizar con los niños en la hora del cuento.
Por ello, empezamos recordando algunos aspectos relacionados con los dos anteriores bloques, los cuales incluían libros y textos que se pueden utilizar en la hora del cuento.

Empezamos recordando lo que son los libros de autor, los cuales se definen como libros que han sido creados por alguien, conozcamos o no el autor.

También recordamos lo que son los álbumes de imágenes, los cuales surgen en los años 90 para niños pequeños, para primeros lectores. Estos álbumes hacen referencia a libros que están ilustrados en todas sus páginas, y pueden resultar bastante útiles para utilizarlos en clase, ya que los niños se fijan sobre todo en las imágenes, por lo que a los niños les pueden llamar bastante la atención.

En cuanto a los textos folclóricos, eran textos que iban dirigidos a ser contados, no leídos, ya que eran textos que se iban contando de boca en boca, y, de este modo, se mantiene la tradición que han seguido a lo largo de los siglos. Además, son textos que necesitaban ser adaptados para contárselos a los niños, pues los textos que se contaban anteriormente contenían temas que no eran apropiados para ellos. Actualmente, existen numerosas adaptaciones de textos folclóricos que los maestros pueden utilizar para contarles a sus alumnos.

Por otra parte, las estrategias de transmisión de la literatura dadas fueron tres: lectura, narración con libro y cuentacuentos.
  •    Lectura:
La lectura consiste en leer literalmente en voz alta lo que está escrito en el texto.

Lo ideal al leerles un libro a los niños sería leérselo a la vez que se les enseñan las imágenes. De este modo, se les dan aportaciones tanto del texto como de las ilustraciones.

Por otra parte, la lectura debe ser expresiva, pero sin salirse de lo adecuado, es decir, no debe tener adornos ni cambios en las voces de los personajes, debiendo ser, por lo tanto, un modelo de lectura adulto.

Por último, a la hora de leerles un cuento a los niños, se debe hacer de una forma natural y despacito, sin pausas, centrándose en los niños y no en el libro, mirándoles a lo largo de la lectura, para hacerles más partícipes de ella.
  •    Narración con libro:
La narración con libro consiste en contar con nuestras palabras una historia basándose en las ilustraciones, a la vez que se van enseñando a los niños.

En esta estrategia, se pueden cambiar las voces de los personajes, aunque no es necesario para que los niños entiendan el texto, ya que es simplemente un elemento decorativo, para hacerlo más atractivo.

Es la estrategia más adecuada para el primer ciclo, ya que los niños desarrollan el pensamiento icónico, el cual se desarrolla viendo las imágenes.

Por último, es una estrategia que favorece la escucha activa, en la cual es ideal que los niños intervengan, tanto a lo largo de la lectura como al final de la misma, preguntándoles acerca del cuento y comentándolo con ellos.
  •    Cuentacuentos:
Los cuentacuentos son cuentos que se cuentan de memoria, sin utilizar ningún libro.

Aunque existen dos tipos de cuentacuentos, de sala y de aula, solo me voy a centrar en los cuentacuentos de aula, ya que son los que van dirigidos a la etapa de infantil.

Este tipo de cuentacuentos se caracteriza por la interactuación con los niños, lo cual es algo fundamental.

Es una estrategia que permite cambiarles las voces a los personajes y que, además, le permite al que lo cuenta, en mayor número de ocasiones que las dos estrategias anteriores, utilizar adornos que acompañen al cuento, como, por ejemplo, disfraces.

Además, se puede ir modificando el cuento, alargando o resumiendo algunas partes, en función de las respuestas de los receptores.

Por último, es una estrategia que favorece que los niños se imaginen las imágenes.


Es necesario compaginar las tres estrategias, ya que, como he dicho anteriormente, cada una de ellas aporta algo distinto. Pero también hay que tener en cuenta las características del libro, pues, en función de cómo sean, se utilizará una u otra estrategia. De este modo, si el libro está bien escrito y cuenta con buenas características, se leerá. En cambio, si es un libro que está muy bien en todas sus características menos en el lenguaje, se contará, enseñando las imágenes del mismo. La estrategia de cuentacuentos se utilizará cuando se sabe una historia que no tiene un libro específico, como pueden ser, por ejemplo, los textos folclóricos.

De lo dado en este bloque, no he visto nada que contrastase con mis conocimientos previos, sino que ha sido un bloque que me ha servido más de recordatorio o consolidación de los conocimientos previos que ya tenía.

Haciendo referencia a la actividad del taller cooperativo de comunicación literaria, la cual consistía en prepararse una estrategia y presentarla al resto de las compañeras en grupos de tres, cabe destacar la importancia que tiene preparar primero los textos, antes de leerlos o contarlos, ya que hay que tener en cuenta varios aspectos, como la entonación o la posición del libro mientras se lee o se cuenta, además de lo que se haría antes y después de la lectura, la narración o el cuentacuentos.

En cuanto a mi experiencia previa, durante las tres semanas que estuve de prácticas, vi utilizar en varias ocasiones la estrategia de lectura por mi profesora. El método que ella tenía para leer, era de leer las frases que aparecieran en cada página y, posteriormente, ir enseñando las ilustraciones que aparecían en dicha página. Este método, en mi opinión, no me pareció el más adecuado, ya que, a cada página, le tenía que estar dando la vuelta al libro y, por lo tanto, el tiempo que pasaba desde que leía una frase y otra era bastante prolongado, haciendo que fuera una lectura poco fluida. El método que hubiese utilizado yo, en tal caso, sería leer el libro dado la vuelta, de tal modo que los niños puedan ver las imágenes todo el rato a lo largo de la lectura, aumentando con ello la fluidez de la misma.

También tuve la ocasión de poder presenciar a un padre que había ido al colegio para realizar un cuentacuentos. Esta actuación me pareció espléndida, y, aunque el propio cuentacuentos dijo que estaba dirigido a niños algo más mayores, pude ver como los niños se lo pasaban en grande y participaban, respondiendo a todas las preguntas y propuestas que este padre decía y proponía. Además, utilizaba recursos que lo hacían aún más entretenido y divertido, como intercalar a lo largo del cuentacuentos, pequeñas partes de magia en las que los niños tenían que intervenir para que el hechizo funcionase.

Por otra parte, recuerdo que, cuando era pequeña, de vez en cuando, iban al colegio algunos padres voluntarios a contarnos o leernos algún cuento, en especial en la semana del libro. La estrategia que más utilizaban era la de lectura, aunque de vez en cuando también utilizaban alguna de las otras dos: cuentacuentos o narración con libro.

Por último, pienso que, la hora del cuento es fundamental para los niños de infantil, ya que, en ella, se pone a los niños en contacto con la literatura, además de ofrecerles distintas aportaciones según la estrategia que se utilice (lectura, narración con libro o cuentacuentos), pues, como he dicho antes, cada una de las estrategias aporta algo en concreto. Por ello, está  la importancia de compaginar las tres estrategias, aunque, según las edades, primen más unas que otras.

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