En este bloque hemos hablado acerca de las
características de los textos folclóricos.
Los textos folclóricos son textos que no
tienen autor, es decir, han ido pasando de boca en boca a lo largo del tiempo,
sufriendo diversas modificaciones. Por lo tanto, de un mismo texto, pueden
existir varias versiones.
No hay que confundir entre versión y
adaptación. Una versión es cada una de las distintas formas que existen de un
mismo texto debido a cómo ha ido cambiando y evolucionando a lo largo del
tiempo, ya que cada persona ha ido contándolo de una manera distinta. Mientras
que una adaptación es una modificación de ciertos elementos del cuento, pero
manteniendo su sentido.
La literatura folclórica se ha transmitido
tanto de forma horizontal (en el mismo momento histórico, en lugares distintos)
como vertical (de padres a hijos, de generación en generación).
Aunque siempre se han contado cuentos
folclóricos a los niños, la gran mayoría de ellos no son infantiles. Son textos
que iban dirigidos más a jóvenes y a adolescentes, como por ejemplo, La bella durmiente o La cenicienta, en los que, además, la protagonista
es un personaje adolescente, que realiza un viaje iniciático hacia la vida
adulta. Esto contrasta con mis conocimientos previos, pues yo siempre había
tenido la idea de que todos los cuentos folclóricos iban dirigidos a niños,
pues es a ellos a quien se les cuentan.
Por otra parte, eran textos que se contaban
en familia. Independientemente de si el tema era apropiado o no para los niños.
Con el paso del tiempo, se fueron realizando adaptaciones para adaptar los
cuentos a la edad de los niños o para moralizar, como veremos más adelante, en
el apartado de adaptadores y recopiladores.
Dentro de los textos folclóricos se pueden
encontrar tres géneros: el teatro, la poesía y la prosa:
- Teatro: en el que se pueden encontrar dos tipos de textos: los religiosos y los paganos. En este género, se incluyen también los títeres de cachiporra.
- Poesía: ligada al baile, a la música y al movimiento En este género se incluyen villancicos y las retahílas, en las que se incluyen las canciones que los niños utilizan para sus juegos de palmas o de comba.
- Prosa: dentro de este género, destaca Propp, quien estudió las manifestaciones de los cuentos, y los recopiló, clasificándolos de la siguiente manera:
o Mitos: que eran relatos
religiosos que abarcan el tema de los dioses y leyendas hagiográficas,
relativas a los santos.
o Cuentos de animales: son cuentos
en los que todos los personajes que aparecen son animales. Presentan una o
varias enseñanzas que pueden aplicarse a la vida real, pero no en forma de
moraleja. Dentro de este tipo de cuentos, se incluyen las fábulas, en las que
los animales representan los vicios y las virtudes de las personas.
o Cuentos de hadas: son historias
en las que aparecen personajes fantásticos o mágicos, ya sean personajes
humanos o animales que hablan.
o Cuentos de fórmula: son aquellos
cuentos que siguen una secuenciación, tienen una parte que se repite, la cual
hay que aprenderse de memoria.
También hemos hablado acerca de los
recopiladores y adaptadores de textos folclóricos. Entre ellos, los más
destacados son:
- Charles Perrault: escribió y adaptó cuentos con el fin de moralizar a la corte francesa de la época. Todos los cuentos de Perrault, incluyen al final una moraleja en la que se explicaba el motivo por el que se había escrito.
- Los hermanos Grimm: recopilaron cuentos folclóricos con la intención de conservarlos por escrito. Más tarde los adaptaron, debido a las quejas de los padres por el contenido de los cuentos, el cual no era apropiado para los niños, quienes eran sus principales lectores.
- Hans Christian Andersen: escribió cuentos llenos de realismo, basados en su psicología. También adaptó, a su gusto, cuentos del folclore.
Prácticamente todos los cuentos folclóricos
siguen un esquema, que tiene que ver con el sustrato simbólico de los cuentos: el
protagonista vive protegido de los problemas de la vida en su casa con su
familia (núcleo familiar 1). Posteriormente, realiza un viaje iniciático en el
que se ve obligado a enfrentarse a la vida, sucediéndose una serie de
experiencias, para finalmente crear otro núcleo familiar (núcleo familiar 2),
el cual se suele iniciar con una boda.
Por otra parte, en este bloque, hemos
aprendido los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de adaptar un
cuento. Por un lado, hay que mantener los roles de los personajes, y, por otro,
hay que mantener el esqueleto del cuento, es decir, una vez adaptado, debe
tener el mismo sentido que el cuento original: un protagonista que vive
protegido en su núcleo familiar, pasando luego a verse obligada a enfrentarse a
la vida para finalmente crear otro núcleo familiar.
Antes de iniciar esta asignatura, yo tenía
unas ideas bastante equivocadas acerca de los textos folclóricos, pues, como ya
he dicho antes, pensaba que los textos folclóricos iban dirigidos a los niños,
al ser a ellos a quienes se les cuentan.
Otro aspecto que me ha sorprendido de este
bloque, ha sido el simbolismo de los cuentos. Pues, por ejemplo, en el cuento
de Los tres de cerditos, yo no me llegué a imaginar que
cada uno de los cerditos representase a una etapa de la vida, representando el
cerdito pequeño a un niño, el mediano a un adolescente y el mayor a un adulto.
En cuanto a mi experiencia previa, en las
prácticas no pude ver nada acerca de este tipo de textos, ya que todos los
cuentos que les leían eran de autor, y tampoco vi que los niños cantaran o
jugaran con este tipo de textos.
En cambio, si que recuerdo, en mi infancia, haber
jugado a bastantes juegos de comba y de palmas en los que se utilizaban
canciones folclóricas, como, por ejemplo, Al
pasar la barca o En la calle veinticuatro.
Por último, pienso que esto es una tradición
que se está perdiendo cada vez más con el tiempo, ya que, cada vez se ven a
menos niños jugando y cantando con textos folclóricos, y, en las escuelas, se
cuentan menos cuentos debido, en numerosas ocasiones, a la falta de tiempo por
la exigencia de cumplir un determinado temario. Por ello, yo, como futura
maestra, tengo el objetivo de dedicarles tiempo a los niños para contarles cuentos
folclóricos, y para realizar adaptaciones que poder contarles.
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