En este bloque, vimos algunas estrategias de
transmisión de la literatura que se pueden utilizar con los niños en la hora
del cuento.
Por ello, empezamos recordando algunos
aspectos relacionados con los dos anteriores bloques, los cuales incluían
libros y textos que se pueden utilizar en la hora del cuento.
Empezamos recordando lo que son los libros de
autor, los cuales se definen como libros que han sido creados por alguien, conozcamos
o no el autor.
También recordamos lo que son los álbumes de
imágenes, los cuales surgen en los años 90 para niños pequeños, para primeros
lectores. Estos álbumes hacen referencia a libros que están ilustrados en todas
sus páginas, y pueden resultar bastante útiles para utilizarlos en clase, ya
que los niños se fijan sobre todo en las imágenes, por lo que a los niños les
pueden llamar bastante la atención.
En cuanto a los textos folclóricos, eran
textos que iban dirigidos a ser contados, no leídos, ya que eran textos que se
iban contando de boca en boca, y, de este modo, se mantiene la tradición que
han seguido a lo largo de los siglos. Además, son textos que necesitaban ser
adaptados para contárselos a los niños, pues los textos que se contaban anteriormente
contenían temas que no eran apropiados para ellos. Actualmente, existen
numerosas adaptaciones de textos folclóricos que los maestros pueden utilizar
para contarles a sus alumnos.
Por otra parte, las estrategias de transmisión
de la literatura dadas fueron tres: lectura, narración con libro y
cuentacuentos.
- Lectura:
La lectura consiste en leer
literalmente en voz alta lo que está escrito en el texto.
Lo ideal al leerles un libro a
los niños sería leérselo a la vez que se les enseñan las imágenes. De este
modo, se les dan aportaciones tanto del texto como de las ilustraciones.
Por otra parte, la lectura debe
ser expresiva, pero sin salirse de lo adecuado, es decir, no debe tener adornos
ni cambios en las voces de los personajes, debiendo ser, por lo tanto, un
modelo de lectura adulto.
Por último, a la hora de leerles
un cuento a los niños, se debe hacer de una forma natural y despacito, sin
pausas, centrándose en los niños y no en el libro, mirándoles a lo largo de la
lectura, para hacerles más partícipes de ella.
- Narración con libro:
La narración con libro consiste
en contar con nuestras palabras una historia basándose en las ilustraciones, a
la vez que se van enseñando a los niños.
En esta estrategia, se pueden
cambiar las voces de los personajes, aunque no es necesario para que los niños
entiendan el texto, ya que es simplemente un elemento decorativo, para hacerlo
más atractivo.
Es la estrategia más adecuada
para el primer ciclo, ya que los niños desarrollan el pensamiento icónico, el
cual se desarrolla viendo las imágenes.
Por último, es una estrategia
que favorece la escucha activa, en la cual es ideal que los niños intervengan,
tanto a lo largo de la lectura como al final de la misma, preguntándoles acerca
del cuento y comentándolo con ellos.
- Cuentacuentos:
Los cuentacuentos son cuentos
que se cuentan de memoria, sin utilizar ningún libro.
Aunque existen dos tipos de cuentacuentos,
de sala y de aula, solo me voy a centrar en los cuentacuentos de aula, ya que
son los que van dirigidos a la etapa de infantil.
Este tipo de cuentacuentos se
caracteriza por la interactuación con los niños, lo cual es algo fundamental.
Es una estrategia que permite
cambiarles las voces a los personajes y que, además, le permite al que lo
cuenta, en mayor número de ocasiones que las dos estrategias anteriores, utilizar
adornos que acompañen al cuento, como, por ejemplo, disfraces.
Además, se puede ir modificando
el cuento, alargando o resumiendo algunas partes, en función de las respuestas
de los receptores.
Por último, es una estrategia
que favorece que los niños se imaginen las imágenes.
Es necesario compaginar las tres estrategias, ya que, como he dicho anteriormente, cada una de ellas aporta algo distinto. Pero también hay que tener en cuenta las características del libro, pues, en función de cómo sean, se utilizará una u otra estrategia. De este modo, si el libro está bien escrito y cuenta con buenas características, se leerá. En cambio, si es un libro que está muy bien en todas sus características menos en el lenguaje, se contará, enseñando las imágenes del mismo. La estrategia de cuentacuentos se utilizará cuando se sabe una historia que no tiene un libro específico, como pueden ser, por ejemplo, los textos folclóricos.
De lo
dado en este bloque, no he visto nada que contrastase con mis conocimientos
previos, sino que ha sido un bloque que me ha servido más de recordatorio o
consolidación de los conocimientos previos que ya tenía.
Haciendo
referencia a la actividad del taller cooperativo de comunicación literaria, la
cual consistía en prepararse una estrategia y presentarla al resto de las
compañeras en grupos de tres, cabe destacar la importancia que tiene preparar
primero los textos, antes de leerlos o contarlos, ya que hay que tener en
cuenta varios aspectos, como la entonación o la posición del libro mientras se
lee o se cuenta, además de lo que se haría antes y después de la lectura, la
narración o el cuentacuentos.
En
cuanto a mi experiencia previa, durante las tres semanas que estuve de
prácticas, vi utilizar en varias ocasiones la estrategia de lectura por mi
profesora. El método que ella tenía para leer, era de leer las frases que
aparecieran en cada página y, posteriormente, ir enseñando las ilustraciones
que aparecían en dicha página. Este método, en mi opinión, no me pareció el más
adecuado, ya que, a cada página, le tenía que estar dando la vuelta al libro y,
por lo tanto, el tiempo que pasaba desde que leía una frase y otra era bastante
prolongado, haciendo que fuera una lectura poco fluida. El método que hubiese
utilizado yo, en tal caso, sería leer el libro dado la vuelta, de tal modo que
los niños puedan ver las imágenes todo el rato a lo largo de la lectura,
aumentando con ello la fluidez de la misma.
También
tuve la ocasión de poder presenciar a un padre que había ido al colegio para
realizar un cuentacuentos. Esta actuación me pareció espléndida, y, aunque el
propio cuentacuentos dijo que estaba dirigido a niños algo más mayores, pude
ver como los niños se lo pasaban en grande y participaban, respondiendo a todas
las preguntas y propuestas que este padre decía y proponía. Además, utilizaba
recursos que lo hacían aún más entretenido y divertido, como intercalar a lo
largo del cuentacuentos, pequeñas partes de magia en las que los niños tenían
que intervenir para que el hechizo funcionase.
Por
otra parte, recuerdo que, cuando era pequeña, de vez en cuando, iban al colegio
algunos padres voluntarios a contarnos o leernos algún cuento, en especial en
la semana del libro. La estrategia que más utilizaban era la de lectura, aunque
de vez en cuando también utilizaban alguna de las otras dos: cuentacuentos o
narración con libro.
Por
último, pienso que, la hora del cuento es fundamental para los niños de
infantil, ya que, en ella, se pone a los niños en contacto con la literatura,
además de ofrecerles distintas aportaciones según la estrategia que se utilice
(lectura, narración con libro o cuentacuentos), pues, como he dicho antes, cada
una de las estrategias aporta algo en concreto. Por ello, está la importancia de compaginar las tres
estrategias, aunque, según las edades, primen más unas que otras.
Perfecto.
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